"Debo irme de Venecia hoy mismo, pues el blasfemo amor ha comenzado a irradiar en mi interior, y en este paraíso de lápidas que inundan nuestra isla funeraria, el mármol parece ser cálido y los muertos sonríen en sueños, allí abajo, mientras acarician la tierra húmeda cual sábanas arremolinadas en este palacio de barro y rostros de color marfil. Ahora deseo con mayor vehemencia reencontrarme con mi antiguo amante y con él... obtener mi salvación. Así demostraré al mundo que también los malditos sabemos amar..."
(Victoria Francés, Favole II, Líberame)
Que bonito... pero creo que muchos de nosotros hubiéramos soltado una parrafada menos poética.